Un estudio reciente revela que los prebióticos naturales de la miel cruda favorecen el equilibrio de la microbiota intestinal, superando incluso a suplementos comerciales.

Investigadores de la Universidad de Toronto han demostrado que el consumo regular de miel cruda mejora significativamente la diversidad de bacterias beneficiosas en el intestino. La clave está en los oligosacáridos naturales presentes en la miel, que actúan como alimento para la microbiota. El estudio comparó a pacientes que consumieron una cucharada diaria de miel cruda con aquellos que tomaron suplementos probióticos, y los primeros mostraron una mayor mejora en digestión, inflamación y energía. «La miel no solo endulza, también equilibra», concluyó la doctora Andrea Velázquez, coautora del estudio.